La forma más sencilla de comenzar una narración es por el principio.
Nació el 11 de Febrero de 1976. Aniversario de los Pactos Lateranenses, como anualmente se realiza desde que en 1929 el, entonces, Reino de Italia reconociese la Ciudad del Vaticano como Santa Sede y se conformase el lema Iglesia libre en Estado libre.
Moría 30 años después.
Nada digno de mención, en este momento, ocurría en su vida durante estos treinta años hasta el día de ayer en que moría.
Como cada aniversario del reconocimiento de la Santa Sede, el dicasterio de la Curia Romana procedía a celebrar una cena conmemorativa de tan grata fecha.
Los 24 Secretarios Apostólicos bajo la supervisión del Secretarius Intimus, habían decidido celebrar dicha festividad fuera de los recintos de la Santa Sede. Acto que debía entenderse discretamente como reivindicativo de su libertad.
Acompañando a los nuncios apostólicos, 5 miembros de la Guardia Suiza (alabarderos todos) vestidos adecuadamente según la forma y costumbre actual. Y junto a ellos 2 miembros del Servicio de Seguridad Vaticana de los Carabinieris.
Un total de 31 personas, mas el conductor de un microbús propiedad de la Santa Sede salían alrededor de las 19.30 de la Plaza de San Pedro para cenar en un restaurante, del cual no se ha difundido el nombre, en la capital romana.
El, celebraba su treinta cumpleaños en la soledad de un apartamento de 35 metros cuadrados. Lejos de su familia que aun vivía en su pueblo natal al norte de Genova. Lejos de sus amigos que trabajan en la industria naviera genovesa. Como siempre, solo entre sus apuntes de la oposición a funcionario portuario, los cuales le aseguraban, al menos, un año mas de encierro tras haber suspendido por tercera vez el pasado martes. Como antes me había referido, nada era digno de mención en sus treinta años, hasta el día de ayer en el que moría. Alrededor de las 19.30 salía de su apartamento para pasear. Envuelto en un abrigo negro, cabizbajo y andando con un paso cansado cruzaba la calle sin mirar en dirección a la piazza del risorgimento.
Las leyes sobre el transito dejan claro la prioridad del peatón en el paso de cebra respecto a los vehículos a la vez que recomiendan detenerse y observar la afluencia del trafico en la vía. El no lo hizo, mientras que el conductor del microbús discutía con el agente de mayor rango del Servicio de Seguridad Vaticana de los Carabinieri la forma más rápida, adecuada, y segura de llegar al restaurante en el que se disponían a cenar. En tales circunstancias el choque frontal, sin deceleración alguna, le produjo un traumatismo craneoencefálico severo incompatible con la vida.
La cena fue suspendida causando un grave malestar en el dicasterio de la Curia Romana, lo que a día de hoy supone el mayor logro, a titulo póstumo, en la vida de Mario Caro Bortini.
ah si? pues os quedais sin la segunda parte, menfado y no respiro.
Posted by: Æ en: 17 de Febrero 2006 a las 07:40 PMresucitalo y haz que mate al papa.
se haria la pelicula
Posted by: lembd en: 21 de Febrero 2006 a las 01:31 AMsegunda parte? zombis?
Posted by: ridar en: 21 de Febrero 2006 a las 10:09 PMbla bla bla, ahora a callar, ¡fariseos!
Posted by: Æ en: 22 de Febrero 2006 a las 12:56 AM Escribe un comentario